viernes, 17 de enero de 2025

Atlantes, Talabricenses

 



El Puente Viejo (XV) de Talavera de la Reina, capital de la comarca de Talavera de la Reina ubicada en el noroeste de la provincia de Toledo, Castilla-La Mancha, España. Este puente es conocido también como el Puente Romano, aunque es sólo de origen romano. Aquel puente fue destruído por los moros cuando ellos abanonaban la ciudad. Este puente fue levantado por orden del Arzobispo Don Pedro González de Mendoza en 1483. Las obras dirigió el monje jerónimo fray Pedro de los Molinos siguiendo el estilo del puente antiguo romano y aprovechando sus vestigios. Posteriormente este puente fue restaurado varias veces y se conoce también como «El Puente de los Remiendos» por sus continuos reparaciones. Existen varias leyendas, muy fascinantes, a veces románticas e incluso dramáticas, relacionadas con este puente. Una de estas leyendas trata del sorprendente «laberinto de atlantes», cuya parte se esconde debajo de los arcos de este puente.Esta leyenda cuenta que antes de que los romanos llegaran a Talavera, la población se consideraba a si misma descendiente de los supervivientes de la Atlántida, quienes al sufrir un tremendo desastre, se trasladaron desde la antigua ciudad de Atlantis, hundida en los mares, por la costa de Portugal hasta el estuario del río Tajo. Desde allí llegaron por el río Tajo hasta el lugar donde se encuentra actual Talavera de la Reina y fundaron la ciudad de Aküis. Los atlantes tenían sus secretos que no querían revelar, por eso trazaron una red de túneles por toda la villa construyendo así un laberinto sofisticado y bien guardado. En los túneles de este laberinto ellos ocultaron sus tesoros y antiquísimas placas de metal a Aricalco en el que narraban su historia. Para mantener sus tradiciones y sus secretos frente a los celtas que habitaban los terrenos de alrededor, los atlantes construyeron una muralla y se aislaron del resto de la comarca con quien solo comerciaban los miércoles de cada inicio de mes a las afueras de la ciudad, cerca de un templo dedicado a la diosa Clete. Pero la desgracia de los atlantes no acabó, pues debido a un terrible terremoto, el río Tajo cambió de curso deslizando su cauce más al sur, con lo cual gran parte de la ciudad quedó sumergida. Sin embargo lo que más fue causa de sufrimiento entre los atlantes fue la inundación de casi todos los túneles y la consiguiente pérdida de sus tesoros.Luego llegaron los romanos y cuando intentaron construir el puente sobre el río toparon con varias de esas galerías subterráneas escondidas debajo del fondo del río, lo que hacía que los pilares se hundiesen. Por esa causa los romanos tuvieron que desviar el río hacia la izquierda. Otra prueba de la existencia de estos corredores bajo el río consiste en que a su paso por la ciudad el Tajo fluye del mar hacia el interior. Se considera que este hecho es debido a que las corrientes internas del Tajo en Talavera son consecuencia de aquel antiguo terremoto o de otro fenómeno todavía no explicado. Y esto convierte el río en un elemento misterioso de muchas leyendas de esta tierra. Lo sorprendente es que la leyenda del laberinto de atlantes fue continuada en el siglo XX. Pues en el año 1940, una vez terminada la guerra civil, un grupo de artificieros del ejército empezó sus investigaciones en una casa de la ronda del Cañillo para estudiar un túnel en el que durante la guerra civil, los habitantes del barrio se habían refugiado de los bombardeos republicanos. Cuando los militares salieron de este túnel, muchos de ellos estaban horrorizados de lo que habían visto. Ellos comunicaron al Ministerio de la Guerra los resultados de sus sondeos y sellaron el bloque de piedra que daba acceso al túnel. En 1959 dos jóvenes nietas de la dueña de la casa, consiguieron retirar la losa y se adentraron en las profundidades del túnel. Una de ellas luego narró sus impresiones diciendo que cuando habían entrado en este túnel, habían sentido la falta de oxígeno, el fuerte viento y la insoportable humedad. A pesar de que un hedor y las alimañas acuáticas de los charcos les daban asco las dos hermanas siguieron hacia adelante. A unos doscientos metros de la entrada cesó de repente el viento y las chicas vieron una sala repleta de esqueletos y arcones, armas antiguas y unas planchas con extrañas inscripciones que se apelotonaban en el techo. Luego las chicas oyeron unos ruídos y vieron a unos hombrecillos muy pálidos, con los ojos enrojecidos, sin pelos, no más de un metro y medio de estatura. Uno de ellos pronunció algo en una extraña lengua. Luego una fuerte corriente de agua se desató sobre la sala y los hombrecillos desaparecieron entre los huecos de la pared. Ambas hermanas se pusieron a correr intentando volver a su casa, pero una de ellas tropezó y fue engullida por las aguas. La otra logró subir por el túnel. Unos días después de estos acontecimientos un hortelano la encontró en el fondo de un pozo en el Cerro Negro, un sistema montañoso situado al otro lado del río Tajo. La joven sobrevivió y contó su aventura, pero nadie se la creyó. Un mes después el cuerpo de su hermana apareció en una de las islas cercanas del río.Pasaron más de 50 años y a principios del siglo XXI durante las obras del Lagar de San Prudencio se descubrió una multitud de túneles que cruzan por todo el casco antiguo de Talavera de la Reina. Algunos de estos túneles se dirigen hacia el río. Con lo que una parte de esta leyenda adquiere unos matices de verdad…



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